Kristen Baxter is the director of events for Abbey Road Farm, a popular wedding venue in Oregon’s Willamette Valley.
Según Baxter, la mayoría de las parejas eligen un bar abierto porque es una mejor experiencia para los invitados. “Es más una celebración”, dice ella. Es probable que sus seres queridos ya hayan gastado dinero en viajes, regalos y más, y es un gesto cortés invitarlos a pasar la noche. “Tus invitados agradecen venir y no tener que llevar la cartera, ni preocuparse por la cantidad de bebidas que quieren pagar. Hace que los eventos sean más fluidos y agradables porque simplemente no tienes que pensar en esas cosas”.
Además, pagar las bebidas lleva tiempo, y dado que el bar de bodas tiende a ser un lugar popular, tener que pagar sobre la marcha puede hacer que las filas sean más largas. “Y tener que cerrar una cuenta al final de la noche es absolutamente lo peor que puede pedirles a sus invitados que hagan”, dice Baxter. Algunos invitados considerarán las barras de efectivo un poco de mal gusto, dice ella. La única desventaja real de una barra libre “es el costo de pagarla, por supuesto”.